«Veinte personas. Una sala de eSports con la última tecnología y Valorant, la revelación de los videojuegos online, listo para arrancar. Así es la nueva tendencia en el mundo del team building.»
Veinte personas, una sala de eSports con la última tecnología y Valorant, la revelación de los videojuegos online, listo para arrancar. Así es la nueva tendencia en el mundo del team building, una experiencia que permite a cada equipo sacar lo mejor de sí mismo en unas pocas horas. Y todo, sin necesidad de experiencia previa. ¿Quieres saber cómo funciona? Te lo contamos todo.
Valorant es un shooter en primera persona con tintes mágicos y mucha estrategia. 2 equipos de 5 jugadores cada uno, compiten por ganar en partidas rápidas llenas de acción. Los equipos, alternan los papeles de defensor y atacante, adaptándose así a las condiciones cambiantes de la misión.
En resumen, deberás abrirte camino pegando tiros, ayudando a tus compañeros de equipo y acabando con el enemigo ya sea lanzando granadas tradicionales o bolas de fuego y energía.
Si nunca has jugado a un shooter, probablemente este tipo de juego te suene muy lejano a tus habilidades o incluso quizá te plantees si disparar a tus compañeros de oficina es realmente lo que quieres para un team building. Queremos que se estrechen los lazos entre ellos, no que se vuelen la cabeza ¿no? Pues aquí es donde la magia de los eSports entra en juego.
«En el momento en que entramos en modo juego, dejamos nuestras máscaras a un lado y nos mostramos realmente como somos.»
Al llegar los participantes, que pueden ir de los 10 a los 30, reciben una pequeña charla para ponerles en contexto de lo que es Valorant y los aspectos básicos del juego. Esta introducción corre a cargo del equipo de entrenadores de HaveFunGamers, todos ellos competidores en las ligas de Valorant a nivel nacional y que acompañarán a los participantes durante toda la sesión, ayudándoles con las dudas y la estrategia. Además, el equipo de Divertifica analiza la sesión desde el punto de vista de las soft-skills para, al finalizar el evento, poder sacar enseñanzas que cada jugador se pueda llevar a casa.
Una vez hechas las introducciones, se divide a los asistentes en equipos de 5 personas y se les empareja con un equipo contrario de forma que competirán 5 contra 5. A cada jugador se le asigna un personaje según el estilo de juego o los conocimientos del participante y así, da comienzo el team building.
La sesión funciona como una pequeña liguilla estructurada en 3 fases: la primera, servirá como tutorial para conocer el juego, la segunda enfrentará a los equipos de dos en dos y la tercera, servirá para conocer al ganador del torneo, más la clasificación del resto de equipos.
¿Qué es lo que observamos durante la sesión? Cada equipo de 5, suele estar muy desbalanceado. Siempre hay algún jugador con experiencia en shooters y otros que apenas han tocado un videojuego en su vida. Es una situación excelente para observar detalles como si surge mentorización o individualismo, si los equipos hacen piña o exploran por separado, si quienes empiezan con desventaja se crecen con el reto, se desmotivan o se dejan llevar.
Lo importante es que en cuestión de minutos, cada miembro del equipo se convierte en jugador y se centran por completo en la misión que tienen delante. Como se ha demostrado en el pasado en team buildings como escape rooms o dinámicas de grupo gamificadas, en el momento en que entramos en «modo juego», dejamos nuestras máscaras a un lado y nos mostramos realmente como somos. La conexión absoluta con el juego es una mina de oro para departamentos de recursos humanos que quieran conocer más sobre sus empleados en entornos de trabajo en equipo, sus puntos fuertes y las áreas donde podrían ser apoyados.
«La conexión absoluta con el juego es una mina de oro para departamentos de recursos humanos que quieran conocer más sobre sus empleados en entornos de trabajo en equipo, sus puntos fuertes y las áreas donde podrían ser apoyados.»
Al terminar la primera fase y con los equipos preparados para empezar a explorar el modo más competitivo, arranca la primera ofensiva. En seguida, los gritos de alegría o frustración llenan la sala, los equipos empiezan a colaborar y la comunicación empieza a fluir.
Es en este momento en el que podemos observar la evolución de los participantes en su trabajo en equipo. En solitario, es imposible ganar, por lo que en muy poco tiempo, cada participante comienza a forjar su estrategia para sumar en la consecución del objetivo. Una pieza clave en Valorant es que, aunque tu personaje muera muy pronto en la partida, tu ayuda continúa siendo muy valiosa para el equipo ya que puedes seguir lo que ocurre, avisar a tus compañeros de la posición del enemigo, guiarles en la estrategia pactada o simplemente animarles. A esto se suma que al ser las partidas tan rápidas (en cada fase se juegan varias), no se tarda mucho en volver a entrar en la competición.
A pesar de que la competitividad sea el rasgo que más llama la atención a simple vista, lo cierto es que son la colaboración y la comunicación las que realmente se ven impulsadas jugando a este tipo de juegos. Al finalizar esta segunda fase, los equipos ya tienen un dominio del escenario, de sus habilidades y unas ideas más o menos claras de qué estrategias funcionan, cuáles no y cuáles son los puntos estratégicos del mapa.
Es entonces cuando arranca la fase 3, enfrentando a los dos mejores equipos de las rondas anteriores y al resto, compitiendo por los siguientes puestos en el ranking.
«Todos los entrenadores que participan en la sesión, compiten a nivel nacional en las ligas de eSports de Valorant. Durante la sesión, ayudan a los equipos a resolver dudas y planear estrategias.»
Ahora es el momento de evaluar la progresión de cada participante. ¿Cómo afrontan las partidas perdidas? ¿Aparece la desmotivación o se rema en grupo? ¿Quiénes son los líderes que aparecen de forma natural y cuál su estilo de mando? El pique con el equipo contrario mantiene a los jugadores metidos en la dinámica del juego y los gritos de triunfo llenan la sala cada pocos minutos. Las estrategias se discuten en voz alta y sorprendentemente, todos los participantes usan sin problemas la jerga del juego para coordinarse mejor.
Una vez el ganador del torneo está decidido y los jugadores celebran la victoria, se pasa a la fase final del evento, en la que se analizará lo sucedido desde el punto de vista del trabajo en equipo y la comunicación. Es el momento de reflexionar sobre aquellos puntos que han llamado más la atención y hacer unos minutos de autoanálisis sobre nuestro comportamiento y cómo lo trasladamos al día a día de nuestras empresas.
Al finalizar el evento, el boost de energía es evidente y los participantes se llevan a casa el debate encendido tanto de las estrategias como de sus aplicaciones a la vida real. Un team building de 10 que te permitirá reunir en un solo evento la parte más divertida del juego junto con la más empresarial del impacto en la cohesión del equipo con un presupuesto a partir de los 1000€.
Si quieres saber más sobre estas sesiones, ponte en contacto con Divertifica y pide tu presupuesto personalizado.
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